miércoles, 1 de agosto de 2007

Las violaciones de los Derechos Humanos. El daño psicosocial y la reparación

El problema de la reparación a las víctimas de las violaciones de los Derechos Humanos, aunque incluye las acciones en salud mental, compromete todo el andamiaje ético, político y jurídico de nuestra sociedad. Ninguno de nosotros ha quedado al margen de lo ocurrido en Chile durante los últimos 20 años, ninguno de nosotros ha dejado de tener alguna consecuencia de ello.
Por esta razón, consideramos que el daño psicosocial se extiende al conjunto de la población en forma genérica y se concentra en aquellos grupos más directamente afectados por la represión política que incluye a detenidos o presos políticos y torturados.
Familiares de presos políticos desaparecidos, ejecutados y asesinados por causas políticas.
Personas afectadas por amedrentamiento y persecución.
Grupos de población sometidos a formas de represión graves y masivas (allanamientos de poblaciones con gran despliegue militar, asesinatos masivos como en Lonquén, Calama, Laja).
Este tema ha sido extensamente debatido a nivel de los organismos de DDHH, de los equipos de salud mental de estas instituciones y, desde luego, a nivel jurídico y de gobierno.
Parece obvio que el concepto de reparación no puede ser sino limitado: no es posible reparar la muerte ni el sufrimiento, ni compensar a cabalidad el daño producido en los niños y en las familias de las víctimas. Por otra parte, existe consenso en que siendo el Estado y sus agentes los responsables de este daño, corresponde a este mismo Estado, conducido ahora por fuerzas democráticas, asumir las tareas de reparación. Sin embargo, será la comunidad entera quien deberá rescatar su propia historia en cada lugar de Chile para contribuir a este procesó.
El esclarecimiento de la verdad, el término de la estigmatización de las víctimas de la dictadura y la identificación de los responsables de las violaciones de los derechos humanos para ser sometidos a la justicia, constituyen requisitos indispensables para cualquier intento de reparación verdadero y un antecedente esencial para un programa de recuperación de la salud mental de las poblaciones afectadas.