Chile /Cuando el medico no sirve de nada
Cuando el médico en Chile no sirve de nada Profunda sorpresa sentí el viernes pasado cuando recibí una carta de la ISAPRE CONSALUD, comunicándome que la licencia médica emitida por una psiquiatra colegiada, era "injustificada". Al parecer en Chile y sólo en Chile el enfermo es el culpable de padecer. Novecientos mil compatriotas sufren de estrés diagnosticado profesionalmente, sin embargo, los médicos de las ISAPRE rechazan y refutan la conclusión de sus colegas, sin siquiera -increíblemente- examinar al paciente que carga con una enfermedad que según especialistas, es un producto de la contemporánea realidad social.Esta aberrante situación podría ser analogada con los médicos que sirvieron en los centros secretos de tortura de la dictadura. Ellos, determinaban qué prisionero estaba en condiciones de seguir siendo atormentado. En la actualidad, los "nuevos" galenos cuidan los arcas de sus patrones, definiendo a priori cuánto tiempo un enfermo debe estar con licencia o peor aun, si un enfermo no amerita descanso, pero con la particularidad de no examinar al aquejado. Lo paradójico es que en última instancia, esta forma de establecer quien merece reposo o no, convierte a las Isapres en juez y parte; hecho cuestionado por la Superintendencia de Salud en reiteradas ocasiones, que en todo caso, no ha pasado más allá del cuestionamiento. Resulta sorprendente constatar la débil respuesta de los colegiados, como cuerpo, y de los propios profesionales del sector afectados por los dictámenes de estos verdaderos reyezuelos de la Salud, aceptando de hecho que se contradiga su ética profesional. Sería interesante encontrar datos recientes de cuánto ahorro le significa a estas instituciones los rechazos de licencias, que pasan a integrar parte de sus utilidades, y, si los "doctores" reciben un estímulo pecuniario por este "gran servicio". Por ende, si uno analiza esta práctica de "biocomercio", ve que en realidad es bastante congruente con lo que ocurre en otros ámbitos de la vida social de los chilenos, como es el caso de la educación y la previsión donde el "medio", el dinero, es el insuperable que está sobre el "fin".Las instituciones estatales que prestan respaldo al enfermo "cuando es culpable" son el COMPIN y la Superintendencia de ISAPRE; se apela ante la primera y desde ahí lo derivan a la segunda. En esos pasos burocráticos el virus ya está instalado en el presupuesto familiar; se han apropiado de su sueldo y en forma legal. Una seria pandemia que la doctora Bachelet aun no ha examinado.
Cuando el médico en Chile no sirve de nada Profunda sorpresa sentí el viernes pasado cuando recibí una carta de la ISAPRE CONSALUD, comunicándome que la licencia médica emitida por una psiquiatra colegiada, era "injustificada". Al parecer en Chile y sólo en Chile el enfermo es el culpable de padecer. Novecientos mil compatriotas sufren de estrés diagnosticado profesionalmente, sin embargo, los médicos de las ISAPRE rechazan y refutan la conclusión de sus colegas, sin siquiera -increíblemente- examinar al paciente que carga con una enfermedad que según especialistas, es un producto de la contemporánea realidad social.Esta aberrante situación podría ser analogada con los médicos que sirvieron en los centros secretos de tortura de la dictadura. Ellos, determinaban qué prisionero estaba en condiciones de seguir siendo atormentado. En la actualidad, los "nuevos" galenos cuidan los arcas de sus patrones, definiendo a priori cuánto tiempo un enfermo debe estar con licencia o peor aun, si un enfermo no amerita descanso, pero con la particularidad de no examinar al aquejado. Lo paradójico es que en última instancia, esta forma de establecer quien merece reposo o no, convierte a las Isapres en juez y parte; hecho cuestionado por la Superintendencia de Salud en reiteradas ocasiones, que en todo caso, no ha pasado más allá del cuestionamiento. Resulta sorprendente constatar la débil respuesta de los colegiados, como cuerpo, y de los propios profesionales del sector afectados por los dictámenes de estos verdaderos reyezuelos de la Salud, aceptando de hecho que se contradiga su ética profesional. Sería interesante encontrar datos recientes de cuánto ahorro le significa a estas instituciones los rechazos de licencias, que pasan a integrar parte de sus utilidades, y, si los "doctores" reciben un estímulo pecuniario por este "gran servicio". Por ende, si uno analiza esta práctica de "biocomercio", ve que en realidad es bastante congruente con lo que ocurre en otros ámbitos de la vida social de los chilenos, como es el caso de la educación y la previsión donde el "medio", el dinero, es el insuperable que está sobre el "fin".Las instituciones estatales que prestan respaldo al enfermo "cuando es culpable" son el COMPIN y la Superintendencia de ISAPRE; se apela ante la primera y desde ahí lo derivan a la segunda. En esos pasos burocráticos el virus ya está instalado en el presupuesto familiar; se han apropiado de su sueldo y en forma legal. Una seria pandemia que la doctora Bachelet aun no ha examinado.