Existen diferentes opiniones sobre el déficit de
especialistas de la red pública de salud. Esto nos parece un hecho positivo que
permite transparentar ideas que por fin sacuden a parte del gremio médico y se
relacionan con el futuro de la salud pública.
Para comprender mejor esta controversia, es
necesario partir por un diagnóstico sobre la realidad de los trabajadores
médicos del sistema de salud. Sabemos que en Chile NO FALTAN médicos, ni
generales ni especialistas. El problema es que progresivamente estos han
migrado al sistema privado y abandonado los hospitales, de hecho hoy 2/3 de las
horas de especialistas están en el sector privado y solo 1/3 en el sobrepasado
sector público.
¿Cuál es la explicación de que los profesionales
que fueron pieza clave en la histórica mejoría de nuestros índices de salud,
principalmente en la segunda mitad del siglo XX, a través de un poderoso
sistema público (no exento de problemas por cierto) decidieran abandonarlo?
La respuesta es compleja, con dramáticos procesos
de cambio políticos, económicos y sociales de por medio. Pese a la dificultad
de este ejercicio,
DÉFICITS ESTRUCTURALES DE LA RED Y TRASPASO
PROGRESIVO DE RECURSOS aventuramos dos puntos que nos parecen claves para
intentar responderla: FISCALES A PRIVADOS
Basta conversar con cualquier trabajador de la
salud para objetivar cómo nuestros hospitales y consultorios públicos
mayoritariamente no permiten realizar atenciones de salud de calidad respecto a
los estándares internacionales. La frustración de laboral en lugares donde el
trabajo muchas veces no se puede hacer bien, incide en que trabajadores de alta
calidad prefieran migrar, pese a su intención inicial de desarrollar sus
capacidades en lo público. La red está hoy endeudada y crónicamente
desfinanciada, como muestran diferentes estudios (cid, superintendencia). Si
bien, es evidente que hoy nuestros centros son mejores que hace 20 años, su
condición de endeudamiento condena a la escasa resolutividad interna, de la que
cualquier paciente al que usted interrogue saliendo de un consultorio u
hospital de Chile puede hacer evidencia. Los episodios de colapso evidenciados
permanentemente en las urgencias, más bullados en Quellón, lo espejo y Hospital
Sótero del Río, sumados a las interminables listas de espera, verdaderas colas
virtuales que en algunas patologías duran varios años antes de ser evaluado por
un especialista, prueban lo mismo.
¿Cuál es la causa de este déficit crónico? ¿Es
que nuestros hospitales lo hacen mal? ¿Juega el financiamiento un rol en los
problemas crónicos de nuestro sistema?
Hoy sabemos que por cada $ 1 invertido en nuestra
red pública, $ 3 se traspasan desde el fisco a privados, siendo este traspaso
progresivo al menos desde 1995 hasta hoy. Es decir, el estado de Chile ha
optado por llevar los recursos de todos los chilenos hacia prestadores
privados; el resultado de esta apuesta es claro: un sistema público que se
contrae para centrar su acción en la población más pobre y una lucrativa red
privada que se expande con lógicas segregadoras según capacidad de pago,
similares a las que hoy vemos con escándalo en el área educación.
MALAS CONDICIONES LABORALES
EN LA RED PÚBLICA
Laboralmente, los trabajadores de la salud han
transitado desde condición de funcionarios de planta hacia diversas formas de
subcontrato, llegando incluso a la contratación por honorarios ajenos a la ley
médica vigente y tercerización de los servicios clínicos. Nuestra red sufre de
alta rotación y gran dificultad para proyectos de desarrollo a mediano y largo
plazo en todos sus niveles. Pese a que la ley contempla los cargos de planta y
la calidad funcionaria con los derechos y deberes que esta implica, desde la
autoridad sanitaria se ha apostado por aumentar las formas más precarias de
contratación, que han ido de la mano con una alta rotación de los trabajadores.
En el caso de los médicos residentes, que se
comprometen a largo plazo con la red pública (9 años) trabajando en puntos
críticos de la misma, pese a que la ley expresa que regularmente debiesen ser
contratados como funcionarios a través de concursos nacionales, el Minsal opta
por una forma legal de excepción del Artículo 9 de la Ley Médica (19.664). Y a
pesar que la ley dice que este sistema de contratación no debe superar el 20 %
de la dotación de los servicios de salud, hoy alcanzan casi el 70 %. Tampoco se
les dice bajo qué condición laboral realizarán los períodos asistenciales
de 6 años (¿funcionarios públicos? ¿tercerizados?).
Esto es sólo un ejemplo de cómo el sector salud
masifica prácticas que no cambian las lógicas que han generado la migración,
manteniendo déficits estructurales y volátiles condiciones laborales, que solo
benefician el crecimiento de los negocios del cuestionado sector privado.
PROPUESTAS PARA AVANZAR
¿Qué pasaría si en vez de traspasar estos recursos,
los usáramos para mejorar nuestros hospitales y consultorios, de modo de
hacerlos resolutivos y dar condiciones laborales que permitan a nuestros
trabajadores entregar salud de calidad?
La respuesta es lógica, si damos el
financiamiento necesario, invirtiendo la razón de gasto actual, asociado a
mecanismos de modernización de la gestión, el sistema público no necesitaría
desangrarse frente a su lucrativa contraparte para cumplir su labor; lo que
llevaría a cerrar la llave de escape de recursos. Por desgracia cualquier
iniciativa de este tipo se encontrará con la férrea oposición tanto de la
poderosa industria de la salud como de los sectores políticos que han trabajado
en sintonía con ellos. Esta relación ha sido extensa e incluye autoridades de las
principales coaliciones políticas que suelen transitar con facilidad desde lo
público a las Isapres y holdings relacionados.
Los Médicos de Atención Primaria y los Residentes
de Chile estamos por volver a enfocar la inversión de salud en la red pública y
por dar calidad funcionaria a todos los trabajadores que laboran en ella, con
los derechos y deberes que esta implica.
Estamos por avanzar desde una mirada de salud
como bien de consumo y estrategias focalizadas, hacia una de derecho social
universal. Hoy, además de hacernos cargo de problemáticas de carácter gremial,
participamos de diferentes espacios de trabajo propositivos hacia la salud
pública. Uno a comentar, junto a académicos del área de la salud pública de
distintas universidades, llamado Mesa de Médicos por la Salud Pública,
que esperamos sea un impulso más para enfrentar uno de los desafíos más
urgentes del Chile actual: el rescate y modernización de nuestro malogrado
Sistema Público de Salud.