Para muchos con esto se salda una deuda pendiente con Cerda,
cuya figura ha sido destacada en los procesos contra violadores a derechos
humanos durante la dictadura. Este
miércoles, se llevó a cabo la ceremonia de juramento de Carlos Cerda Fernández,
quien con ello se incorpora como ministro de la Corte Suprema. El presidente
del máximo tribunal del país, Sergio Muñoz, se mostró satisfecho señalando que
Cerda “ha nacido para ser y será uno de los mejores jueces de la República” que
llega a dicha instancia. El arribo de Cerda, de 70 años, al máximo tribunal fue
respaldado el pasado 15 de abril por unanimidad en la Comisión de Constitución,
Legislación, Justicia y Reglamento del Senado, y más tarde la Sala de la Cámara
Alta dio 30 votos a favor y dos abstenciones. Para muchos con esto se salda una deuda pendiente con
Cerda, cuya figura ha sido destacada en los procesos contra violadores a
derechos humanos durante la dictadura. Y es que si bien el nuevo miembro de la
Corte Suprema ha procesado a más de 40 personas por la desaparición de
militantes socialistas, en 1986 fue suspendido por negarse a dictar
sobreseimiento en el caso Comando Conjunto, instancia en la que sometió a
proceso al ex comandante en jefe de la FACh, Gustavo Leigh. También investigó el enriquecimiento ilícito de Augusto
Pinochet en el caso Riggs y llegó a procesar a su viuda, Lucía Hiriart, a sus
cinco hijos y a militares del entorno familiar.Para muchos con esto se salda una deuda pendiente con Cerda, cuya figura
ha sido destacada en los procesos contra violadores a derechos humanos durante
la dictadura. Este miércoles, se llevó
a cabo la ceremonia de juramento de Carlos Cerda Fernández, quien con ello se
incorpora como ministro de la Corte Suprema. El presidente del máximo tribunal
del país, Sergio Muñoz, se mostró satisfecho señalando que Cerda “ha nacido
para ser y será uno de los mejores jueces de la República” que llega a dicha
instancia. El arribo de Cerda, de 70 años, al máximo tribunal fue respaldado el
pasado 15 de abril por unanimidad en la Comisión de Constitución, Legislación,
Justicia y Reglamento del Senado, y más tarde la Sala de la Cámara Alta dio 30
votos a favor y dos abstenciones. La investigación de la causas por violaciones a los derechos humanos ocurridas
durante la dictadura militar no tienen plazos de término, dijo el
presidente de la Corte Suprema, durante una reunión con representantes de
organizaciones de derechos humanos y sitios de memoria. Los representantes de
Londres 38, la Casa de Memoria José Domingo Cañas, la Corporación Vila
Grimaldi, la Comisión Ética Contra la Tortura, el Centro Verdad y Justicia y el
Colectivo 119, Familiares, Amigos y Compañeros, fueron recibidos por el alto
magistrado en su despacho, quien ante la consulta respecto a las
investigaciones que actualmente llevan los tribunales y lo señalado
recientemente por la fiscal Beatriz Pedrals, al presentar 726 nuevos requerimientos
de investigación, respecto a la necesidad de “un horizonte de término” de
estos procesos, puntualizó que para los jueces lo importante es “avanzar en las
investigaciones” y que no hay ninguna orientación en el sentido de establecer
plazos para el término de éstas. El objetivo de las agrupaciones fue
hacerle presente al alto tribunal su preocupación por los cambios en la Brigada
Investigadora de Delitos contra los Derechos Humanos de la PDI, los despidos en
el Programa de DDHH del Gobierno, la demora de este mismo programa en hacerse
parte en más de medio centenar de procesos por ejecutados políticos, así como
las recientes informaciones sobre la permanencia en altos cargos de las FFAA de
oficiales que estuvieron en los organismos represivos, como la DINA y la
CNI. El presidente del máximo tribunal destacó la importancia de la labor
de los organismos auxiliares de la justicia y la disposición del Instituto
Médico Legal, cuyo director lo visitó recientemente para reiterar la
disponibilidad del servicio que dirige para colaborar con las nuevas
investigaciones. Ante la preocupación manifestada por las agrupaciones ante el
virtual desmantelamiento de la Brigada Investigadora de Delitos contra los
Derechos Humanos, señaló que el director de la PDI le había manifestado
que los recientes traslados no afectarían el compromiso de la institución con
las tareas relacionadas con las causas criminales.