En las
próximas semanas, el Mineduc debe enviar al Congreso indicaciones al proyecto
de ley de superintendencia de educación superior. Uno de los aspectos que más
debate genera es si se permitirán todos los tipos de contratos entre
universidades y entidades relacionadas, como lo adelantó, la semana pasada, el
jefe de la División de Educación Superior, Alberto Vásquez.
¿La duda?
Cómo regular que mediante esas sociedades, las universidades retiren utilidades
y vulneren la ley que prohíbe el lucro.
Para dar
claridad, el Consejo de Rectores (Cruch) hizo una tipificación de las entidades
en ocho tipos, distinguiendo, por ejemplo, entre inmobiliarias y fundaciones.
En ella, el Cruch propone que se permitan las operaciones con inmobiliarias,
pero sólo en aquellos casos en que la inmobiliaria sea totalmente de la
universidad.
En el
documento de 10 páginas, al que accedió La Tercera, se plantea que “si
existieran arriendos de este tipo de entidad a la universidad… deberían ser a
valores de mercado”. Así, de haber excedentes, ingresarán a la universidad como
aporte de empresas relacionadas, agrega el texto.
En cambio,
aquellas inmobiliarias con participación de terceros o de personas vinculadas a
la universidad (socios, directores, empleados, etc.), “no deberían prestar
servicios de arriendo”, agrega el documento, que fue entregado al Ministerio de
Educación.
No tiene
nada de malo que haya empresas relacionadas en la medida que éstas reinviertan
los excedentes en el quehacer académico de la universidad”, dice el rector de
la Universidad Católica de Valparaíso y uno de los creadores del texto, Claudio
Elórtegui.
De hecho,
el documento concluye que “la apropiación lucrativa de excedentes no depende
del tipo o clase de entidad relacionada… sino de que, cualquiera que sea el
tipo de operación, ello signifique un prejuicio patrimonial o econó- mico para
la universidad y una ganancia para sus controladores”.
Para
Elórtegui, las empresas relacionadas son necesarias para hacer una buena
gestión, tienen objetivos distintos al quehacer académico o han surgido por
política pública. “Por ejemplo, en Innova Corfo se solicita que tras terminar
el proyecto se cree una entidad distinta”, explica el rector.
La
clasificación del Cruch distingue entre empresas auxiliares de operación y de
servicios, que sirven al funcionamiento operativo del plantel o de servicios
médicos, recreativos y deportivos, y de comunicaciones, que buscan colaborar
con la proyección del plantel, como puede ser un canal de televisión.
También se
mencionan empresas educacionales y culturales, como redes de colegios,
preuniversitarios, etc.; tecnológicas, que sirven, por ejemplo, para participar
en licitaciones de proyectos, y de gestión de activos universitarios, para
explotar predios o campos de práctica docente. Por último, figuran las
fundaciones en las que las universidades participan.
“Las
empresas nos proveen en torno al 1% de los recursos totales. El 60% viene de
los aranceles y matrículas”, dice Elórtegui.
Según la
Ley 19.168, los planteles estatales están autorizados para crear y organizar
con otras personas naturales o jurídicas sociedades o fundaciones cuyos
propósitos sean mejorar la labor de la universidad y es la Contraloría la
encargada de fiscalizar.
“El tema de
las sociedades relacionadas se ha confundido en la discusión del tema del lucro
y en el proyecto de superintendencia, donde les dan el mismo trato a todos los
tipos de contratos”, dice el académico de la Universidad Católica Andrés
Bernasconi.
El
académico hizo una revisión de los contratos de las universidades con entidades
relacionadas y distinguió entre dos tipos. Los primeros son los que se hacen
entre los controladores de la universidad y las sociedades, como inmobiliarias
o empresas de prestación de servicios. “En ellos se genera la suspicacia de la
extracción de excedentes”, dice Bernasconi.
El segundo
tipo de contrato es entre la universidad, con su RUT, y sociedades con la
participación de terceros para, por ejemplo, formar empresas tecnológicas. “En
ese caso, los recursos entran al patrimonio de la universidad”, agrega el
académico.