sábado, 11 de enero de 2014

MISIÓN CUMPLIDA, MONEDA TOMADA, PRESIDENTE MUERTO

Aunque los mandos de la FACH y los pilotos de la época “no se acuerdan”, los nombres de quienes bombardearon La Moneda se conocen y han de quedar registrados en la Historia de Chile. El ministro Mario Carroza, que investiga la muerte del Presidente Salvador Allende, interrogó en vano al general Fernando Matthei sobre la identidad de los participantes en el bombardeo y es poco probable que los demás oficiales que pueda citar recuperen la memoria. Sin embargo la información la conocen otros antiguos miembros de la FACH que no están juramentados ni tienen motivos para guardar el secreto. A fines de la década del 70 del siglo pasado, el autor de esta nota recorrió durante dos semanas varias ciudades de Inglaterra y Escocia para entrevistar a ex miembros de la FACH y de la Marina que habían sido detenidos, torturados y expulsados de esas instituciones por haberse opuesto al golpe militar. Al darles asilo político, el Reino Unido los había repartido en diversas localidades. Las entrevistas quedaron registradas en más de 12 horas de grabación. Los dos oficiales y dieciocho suboficiales de la FACH entrevistados mencionaron los nombres de los pilotos de los cazabombarderos Hawker Hunter que salieron de Carriel Sur, en Concepción, con la misión de destruir las antenas de las radios que apoyaban a Allende y disparar sus cohetes contra La Moneda y la residencia presidencial de Tomás Moro. Varios de los suboficiales expulsados eran técnicos, mecánicos o armeros y participaron en la preparación de los aviones y la carga de los proyectiles. Esos hombres mantenían una relación directa con los pilotos y los despidieron en la pista cuando emprendieron el vuelo hacia Santiago. A las 11.50 horas del 11 de setiembre de 1973 dos Hawker Hunter del Grupo Nº 7 de la Fuerza Aérea, con base en Carriel Sur (Concepción), empezaron a bombardear el palacio de La Moneda. Los cohetes Sura, de fabricación suiza, perforaron los muros, explotaron en casi todas las dependencias y pronto el aire se tornó irrespirable porque los gases lacrimógenos asfixiaban a los resistentes, quienes por orden de Allende se habían tendido en el suelo, se cubrían la cabeza y se protegían unos con otros. Se distribuyeron las escasas mascarillas antigás existentes e intentaron proseguir el combate, aunque las tropas de infantería comandadas por el general Javier Palacios iniciaron el asalto, mientras los tanques disparaban contra las ventanas, en medio de las llamas y del derrumbamiento de techos y pisos. 
La investigación judicial desarrollada por el magistrado chileno Mario Carroza a lo largo de 2011 y 2012, que completó un sumario de 2.500 páginas dividido en seis tomos, contiene muchos detalles desconocidos sobre el último día de Salvador Allende. Una de las incógnitas aún no despejadas definitivamente es la identidad de dos pilotos que bombardearon La Moneda. El 4 de abril de 2011 el general de la Fuerza Aérea retirado Mario López Tobar confirmó en su declaración que él comandaba la unidad que llevó a cabo las “operaciones aéreas” sobre Santiago. Después de derribar distintos objetivos a las diez de la mañana regresó a su base en el sur. “En ese trayecto escuché la orden de atacar La Moneda, dada directamente por la comandancia de la Fuerza Aérea. Para mí fue muy sorpresiva.” Manifestó también que conocía los nombres de esos dos pilotos, pero se negó a facilitarlos. El pacto de silencio sellado en la institución permanecía incólume. Pero las investigaciones de Labarca y el peso de su conciencia hacen a Lopez Tobar emitir el siguiente informe : El ataque comenzó con el bombardeo de cinco antenas, en el que participaron López Tobar( Libra)  comandante del Grupo 7 y piloto del Avión 1y otros tres aviones piloteados por “hunteristas”. A las 11 de la mañana emprendieron vuelo desde Concepción otros cuatro cazabombarderos. La residencia de Tomás Moro fue atacada por los Hawker Hunter piloteados por el capitán Eitel Von Mühlenbrock y por el teniente Gustavo Leigh Yates, hijo del comandante en jefe de la FACH y miembro de la junta militar. Gustavo Leigh hijo equivocó el blanco y bombardeó el Hospital de la FACH, por lo cual hasta su muerte hace tres años era objeto de bromas y tallas en la institución. Los otros dos aviones se elevaron a tres mil pies de altura y mientras volaban sobre la Estación Mapocho dispararon contra La Moneda sus cohetes antiblindajes Sura P-3, en cuatro pasadas. El primer disparo lo hizo el teniente de 24 años Ernesto Amador González Yarra (“Pekín”), famoso por su talento de piloto y certera puntería. González Yarra gozó por ello de gran prestigio en la institución hasta su muerte en 1995. Su primer disparo perforó la puerta principal de La Moneda con precisión. El segundo avión que atacó La Moneda iba piloteado por Fernando Rojas Vender (“Rufián”), quien llegó a ser comandante en jefe de la FACH. Su primer disparo apuntó al techo del palacio presidencial. En una última pasada, los pilotos usaron cañones de 30 mm. La operación fue coordinada desde tierra por el operador aéreo, comandante Enrique Fernández Cortez (“Gato”). Hay discrepancias en torno a la hora exacta del ataque a La Moneda. Según el coronel López Tobar, comandante de la operación, comenzó pocos minutos antes de las 11.30. El almirante Patricio Carvajal, jefe del estado mayor del golpe, sitúa el ataque entre las 11.52 y las 12.08. Según el general Gustavo Leigh, entonces comandante en jefe de la FACH, el ataque tuvo lugar “después de las 12”.
La celebración del éxito de la operación fue entusiasta, pero no unánime en la FACH. Cuando al regresar de la misión uno de los pilotos descendió de la cabina de su Hawker Hunter en la pista de Carriel Sur, fue recibido por un grupo de suboficiales que en lugar de felicitarlo lo miraron en silencio. El piloto se acercó, bajó la vista y les dijo:
–Lo siento… No fue mi culpa… no fue mi culpa… Perdonen…
                                                                                      
Eduardo Labarca   06 julio 2011