Para nadie
es misterio que la clave del relativo éxito del próximo gobierno de Michelle
Bachelet (MB) con apoyo de la Nueva Mayoría (NM), estará en llevar adelante con
vigorosidad lo que pretenda hacer. Debiese moverse desde el anuncio al cómo
hacerlo, lo que requerirá menos concepto y mayor persistencia. Esto al menos tener
claro el qué, cómo y cuándo, debe estar precisado cumplidos los seis primeros
meses de gestión. En ese instante, el país ya podrá hacerse una idea de cómo
viene la mano. De lo contrario, puede haber turbulencias.
Y lógico,
esto para impulsar los cambios estructurales definidos en el programa de
gobierno, es decir, respecto de los tres ejes fundamentales de la propuesta:
reforma tributaria, de educación y nueva Constitución.
Pero,
además, hay otras necesidades que se deben cubrir adecuada y prontamente. Política
habitacional para sectores vulnerables que debe
liderar el Ministerio de la Vivienda y Urbanismo (MINVU).
El déficit
habitacional en materia de viviendas sociales que aún persiste con cifras que
prenden la luz roja. Creemos que, con las actuales políticas que vienen
funcionando desde la última década, no es posible reducirlo
sustancialmente podría implicar décadas si se persiste en las mismas,
debido a la lentitud y extrema burocracia de los
programas habitacionales vigentes. Aparte de errores de enfoque y una serie de
otros factores que inciden en esa inercia.
El
Programa MB/NM que se presentó de forma oficial durante la campaña en materias
de ciudad, territorio y vivienda, enumera una
serie de acciones y propuestas en diversas áreas, pero no especifica cómo y en
cuánto tiempo se lograría. Muchas de ellas, claramente no conseguirían siquiera
salvar una primera etapa de estudios, y ya pasaron los 4 años… Por lo tanto, es
hora de aterrizar y hacer propuestas concretas y
viables de ejecutar en ese breve plazo.
Primero, en
lo coyuntural, admitir que existe un antecedente con el cual hay que trabajar o
del que no se puede prescindir. Esto es, hay un programa habitacional
corriendo, dirigido al primer quintil de
ingresos o sea, a las familias más vulnerables, que genera la actual situación
de 50 mil subsidios en la calle sin solución, otros tantos subsidios en
proyectos paralizados y los nuevos subsidios a otorgar en los próximos cuatro
años de gobierno, los cuales carecen de oferta
constructiva debido a un monto de subsidio subestimado por la administración
vigente. Por tanto, se debe atacar eso de plano.
Segundo, y a
partir de esa premisa, lo que se debe hacer es corregir el punto clave del
problema: el monto del subsidio actual en torno a las 600
UF es insuficiente para cubrir el estándar de
construcción fijado por la anterior y la actual administración –que hemos
reconocido como aceptable– y mantener esas condiciones implica incrementarlo en
torno a las 900 UF. Grosso modo, para llevar
a cabo esta política de shock, hablamos de incrementos cercanos a
los 100 millones de unidades de fomento para financiar el ajuste de los 50 mil
subsidios sin canje otorgados a la fecha, los
subsidios en proyectos paralizados y los nuevos subsidios a entregar en el
periodo 2014-18. No es menor la cifra, pero el MINVU deberá entrar a negociar
rápidamente con el titular de Hacienda porque el tema debe, sí o sí, enfrentarse: la presión que, a través de
protestas frente al MINVU, realizan semana a semana los diversos comités de
viviendas en pos de una pronta solución, no es un dato casual. Y lo más seguro,
de cara a la expectativa ciudadana que se personifica en la figura de MB, es
que, si no se resuelve, estas se incrementarán.
Para
lograr lo anterior –incrementar el monto de subsidio y obtener el compromiso de
su financiamiento se debiera llegar al 12 de marzo
con los textos normativos listos, incluidas
las resoluciones que permitan efectuar las modificaciones para generar el
necesario ajuste a objeto que el gobierno y privado actor clave del proceso,
ejecute los proyectos sociales hoy urgentes. Obviamente esto implica, además,
reducir la burocracia en puntos relevantes del
proceso, incluidas revisiones y aprobaciones SERVIU a los proyectos, agilizar
el pago a contratistas, inspecciones técnicas de obra proactivas y
colaborativas, lo que se logra con marcos normativos simples y concisos
que propicien facultades para resolver los casos cada proyecto es un mundo propio
de acuerdo a criterios y mecanismos de rápida aplicación, lo que a su vez
implicará hacer ajustes a la operatoria del actual sistema público
administrativo que la rige.
Tercero, en materia de inversión real esto es, las
líneas asociadas a inversiones específicas del sector vivienda, como
inversiones en espacios públicos, vialidades, infraestructura sanitaria y
pavimentos participativos, se requiere ampliar el feeling (plazo)de
necesidades con todas las autoridades locales, minimizando el feeling con
autoridades de afinidad política, esto es, cambiar la práctica de priorizar
inversiones a comunas afines políticamente a la administración de turno. Esta
apertura la resuelve el Secretario Regional Ministerial de Vivienda en cada
Región del país. Como el tiempo es escaso, comenzar paralelamente a
presentar y darle forma a un plan general de alcance a mediano y largo plazo.
No caer en pretender empezar de cero todo de
nuevo. Este plan debiera contemplar todas aquellas ideas e incluso programas
impulsados por la actual administración y que todavía se encuentran a nivel
incipiente, como la Política Nacional de Desarrollo Urbano que debe
aterrizarse, programas para sectores específicos que más lo necesitan y otras
nuevas propuestas de inversión multisectorial que no verán
luz al término del mandato, pero, al final, ideas país que trasciendan la
administración en curso para encaminar a las
siguientes.
En
resumen, la sugerencia es entrar con vigorosidad a resolver temas urgentes y de
alto impacto, como lo son un ajuste de precio a los subsidios de vivienda
social que permita disponer de una oferta real para soluciones habitacionales
definitivas, priorización de la inversión sectorial bajo una las racionalidad de impacto social y no de impacto político-partidista, además de un enfoque de
simplificar la burocracia.
Lograrlo,
dependerá no tan sólo de la necesaria mística y entusiasmo de quienes ejercerán
cargos de niveles altos y medios, sino que también de la eficacia en obtener un
diagnóstico certero del problema y el modelamiento de su solución. Esto
requiere de liderazgos con experiencia y conocimiento
del negocio, mezclado con la vitalidad que aportan los jóvenes. Al menos
exceptuando al o la Ministro(a), de ahí para abajo, es primordial contar con un staff que
domine la especialidad. El factor tiempo es vital para el objetivo de echar a
andar la máquina, e improvisar con gente
inexperta en cargos claves del organigrama institucional, no sería una buena
idea… y algo de eso se vio en los últimos años. Aparte, entender que, para
obtener resultados satisfactorios y en plazos prudentes, es fundamental contar
con el concurso del sector privado, a la postre el ejecutor material de los
proyectos, a través de crear vínculos virtuosos en la relación contractual, lo
que se traducirá en exhibir esas metas en el corto plazo.
Por
cierto, para que la política funcione, es
primordial que la autoridad propenda a establecer con fuerza la idea de reducir
la burocracia. En ese concepto que, por lo demás,
suele ser muy funcional para explicar por qué no se hacen las cosas, y cuando
se hacen, que estén dentro de márgenes y plazos aceptables. Consecuencia de
esto, el país pierde vastos recursos de forma
insensata y, lo peor, es que el sistema propicia que nadie
sea responsable de la situación. Todos, desde autoridades de primer nivel a
funcionarios del tercero, miran para el lado porque al final la excusa es la de
siempre: la culpa es de la señora burocracia. Y
sigue vivita y coleando…
El textual
de Michelle Bachelet , ni ningún otro gobierno en el futuro próximo, será capaz
de tener logros importantes y visibles en los cuatro años a cargo de la
administración del país, en la medida que no ataque frontal y exitosamente ese Virus que impide avanzar al ritmo deseado, el que, por
cierto, aplicando inteligencia, sabiduría e ímpetu joven, es más que posible. EM
R.A.H