Una fiscalización del Servicio de
Impuestos Internos, a raíz de un reportaje publicado por El Mostrador,
corrigió una insólita situación que permitía a algunos dueños de terrenos
ubicados en zonas urbanas pagar contribuciones ínfimas porque estaban clasificados
como agrícolas. El 26 de noviembre de 2012 este diario reveló los casos de dos parcelas
“agrícolas”, ubicadas en el exclusivo barrio de San Damián, en Las Condes, de
propiedad del ex presidente del Consejo Nacional de Televisión, Herman
Chadwick, y del empresario Francisco Javier Errázuriz.
Fiscalización
determinó que casi un 30% de los terrenos agrícolas ubicados en zonas urbanas
no tenía destino agropecuario ni forestal. Subieron los avalúos fiscales. Y
desde este año sus propietarios pagan contribuciones hasta 400 veces más altas,
como ocurre con Herman Chadwick y Francisco Javier Errázuriz, dueños de
terrenos en el sector de San Damián, en Las Condes, que dejaron de ser
agrícolas. La árida Antofagasta es, curiosamente, una de las regiones que
sufrió más cambios.
Aunque el
sector está calificado como urbano desde 1979 por el Plan Regulador de Las
Condes, ambos reclamaron al SII y lograron mantener su calidad agrícola. Adquirida en
1953 como parcela de descanso por Herman Chadwick Valdés, ex conservador de
Bienes Raíces, el predio de dos hectáreas (20 mil mt2) que su hijo del mismo
nombre les compró a sus siete hermanos, tenía un avalúo fiscal de $20.597.667,
pagaba contribuciones trimestrales de $ 32.411 y, al año, $129.644. Errázuriz,
su vecino, es propietario de un terreno de casi una hectárea y media (12.600
mt2), que estaba tasado por el SII en $13.107.606. Sus contribuciones
trimestrales eran de $13.685; y las anuales, $54.740. Entre marzo
y mayo del año pasado el SII liderado por el entonces director Julio
Pereira fiscalizó los 3.086 predios agrícolas en zonas urbanas que
existían en Chile y determinó que 828 no cumplían con los requisitos. Por lo
tanto, pasaron a ser no agrícolas, subiendo su tasación fiscal y, en consecuencia,
el monto de las contribuciones. La Ley
17.235 sobre Impuesto Territorial, que data de 1969, complementada
por la circular Nº 38 de 1997, define a los bienes raíces agrícolas como
aquellos destinados preferentemente a la producción agropecuaria o forestal y
sus dueños deben demostrar que obtienen una retribución económica por la venta
de cosechas, animales o lo que generen sus bosques. Las regiones
y zonas que lideran los cambios de clasificación de terrenos agrícolas a
no agrícolas la ley los divide así y no habla de urbanos, porque eso depende
de los planos reguladores fueron la VI Región del Libertador General
Bernardo O’Higgins (188 casos), Santiago Poniente (138), Valparaíso (129)
y, curiosamente, Antofagasta (112), con su aridez casi absoluta. En Santiago
Oriente 36 predios cambiaron de
calificación, pero
representan el mayor aumento en contribuciones para
las arcas del SII. La tasación fiscal del terreno de Chadwick subió 116 veces:
desde $20,5 millones a $2.409 millones. Y las nuevas cuotas de las
contribuciones, que rigen desde el 1 de enero, ascienden a $6.965.695 trimestrales,
es decir, son 214 veces más altas. Mientras, el predio de Errázuriz
aumentó su valor en 135 veces, esto al ser tasado en $1.781 millones, y
sus contribuciones trimestrales se elevaron a $5.456.500, o sea, 398 veces.
CUOTAS
RETROACTIVAS PARA LOS QUE NO CUMPLIERON LA LEY
El SII
decidió cobrar en forma retroactiva las contribuciones en algunos de estos
casos, sin especificar las razones por las que unos fueron eximidos y otros no.
El período máximo que se puede exigir es tres años, dado que se aplica la
prescripción. Cuando se trata de impuestos declarados por el contribuyente en
forma maliciosa, el plazo es de seis años, pero en el caso de las
contribuciones es el SII el que fija los avalúos, no sus dueños. Como el organismo no entrega información respecto
de contribuyentes en particular, no fue posible confirmar si el cobro
retroactivo se aplicó a Chadwick y a Errázuriz. Tampoco lo que ocurrió con los
tres hijos de Eliodoro Matte, que vendieron un paño de 42 hectáreas en La
Dehesa –el más grande sin construir en la zona oriente– en US$97 millones
a dos inmobiliarias en enero de 2012 y que, según un reportaje de Ciper,
durante una década pagó contribuciones agrícolas gracias a “un par de vacas y
tres caballos”. Ello implicó, afirma la debió
haber sido calificado como eriazo, lo que habría significado pagar un 100% más
del valor de las contribuciones como bien raíz no agrícola. Ciper detalló
que Eliodoro Matte reclamó ante el SII y logró, el 25 de febrero de
2002, que el juez tributario de la Dirección Regional Metropolitana
Santiago Oriente lo mantuviera catalogado como agrícola. Y, además, como Jorge y Pilar –los hijos
de Eliodoro Matte–, lo vendieron en calidad de personas naturales, no pagaron
impuestos, cosa que permite la Ley de Renta. El SII seguirá adelante con la
fiscalización de los bienes raíces clasificados como agrícolas en sectores
urbanos, esto como una de las actividades prioritarias del área de
avaluaciones.