Curiosamente, el nombre de esta isla, si fuese inglés, sería -traducido al español , por la tierra pero no es así, su nombre en danés es Siaelland, o tierra de Siael. Nunca me detuve a pensar, quien fuera el tal Siael, en cuya isla se asentara la capital de Dinamarca, Copenhague, en donde también curiosamente, después de mas de mil años de existencia como un reino con niveles de vida superiores a casi todos los países del orbe, sirviera de anfitrión, para casi todas las naciones del mundo que aspiran alcanzar aquel modus vivendi. Los países civilizados, se dieron cita allí, para “Ver el futuro de la tierra”
No obstante debería en realidad , haberme referido a los países que se manifestaron con su presencia en la cumbre de Copenhague, como los Países Civilizados de otra manera . Lo mas acertado, sería referirnos a ellos como los países poderosos y los países débiles, porque así es como el mundo ha podido sentir esta cumbre.
Nuestro actual universo globalizado, ha tenido un efecto en los seres humanos, que marca la era. Todo lo que pasa en el mundo y que es de interés , para el hombre, al de los colores, estados y naciones, rebasa las barreras políticas. La Era de la Informática, se manifiesta en percepciones Globales, la humanidad entera se levanta, como un solo grupo que se sabe víctima de la mala política, de la mala conducción del mundo por los hombres, que todos nosotros hemos allí, para conducir nuestros .
Sabemos que están equivocados, también que tenemos que hacer algo al respecto, la supervivencia de nuestro mundo está en juego, triste es decirlo pero está en la supervivencia del hombre , es nuestra la responsabilidad de que puedan en el futuro, jóvenes corriendo por verdes campos, o niños muriendo en los desiertos que estamos creando. La ciencia ha evolucionado junto con nosotros y nunca antes como ahora, estamos en condiciones de convertir nuevamente la tierra, en el paraíso que fuera, antes que Dios, cometiera el error de entregárnoslo, para que con nuestro libre albedrío, lo disfrutemos. No podemos ir en contra de la misma naturaleza, ya bastante hemos destruido, tenemos tiempo aún de cambiar todo, tenemos los medios, no permitamos que nuestros descendientes nos vean como el gran error de la naturaleza. No somos depredadores, el hombre es bueno, observen a los niños y crean en ellos., como ellos, aún creen en nosotros . Pensemos en unirnos, por sobre nuestras barreras ideológicas egoístas llenas de recelo y desconfianza, el mundo es de todos. Ya hace años lo dijo Santana, Necesitamos un mundo sin fronteras, ni banderas, ni carteras y yo le entendí el mensaje.
El mundo ha cambiado radicalmente el presente siglo, ya nada sorprende al hombre del mañana, que está yendo a la escuela sembrada de valores establecidos hace ya mas de doscientos años , que están escritos en casi todas las leyes y convenios internacionales, en casi todos los idiomas del mundo, como un recordatorio de lo que tenemos que hacer por nuestro planeta , por la humanidad entera, como un todo y no con arreglos monetarios, que no han producido un visible, siquiera notable atisbo de progreso del hombre, de la humanidad, por lo menos en lo que registra la historia mundial desde el mismo día que Caín matara a su hermano.
El nacimiento, ahora de la conciencia global de estos hombres nuevos a esta realidad aberrante a las que los hemos traído, nos señala acusadoramente a nosotros, los que les vamos a heredar este planeta, con los problemas acumulados, por los siglos que hemos vivido, o mejor dicho sobrevivido, completamente equivocados, con respecto a nuestro papel en la tierra. Si y estuvimos en Copenhague, precisamente para resolver el que ya tenemos encima, y no nos hemos puesto de acuerdo., es vergonzoso, que nos tildemos de civilizados, y estamos destruyendo nuestra propia casa, y la de nuestros hijos. Lo peor de todo es que ellos lo saben., ahora lo saben todo, la informática es no solo un instrumento, es un espacio en el histórico, ellos lo saben y esperan que nos vayamos de este mundo para arreglarlo, pero también hay entre ellos, tristemente, gente como nosotros cargados de apatía por la vida tan trivial y sin sensaciones ni sentimientos. Nuestra sociedad hoy colapsa y se destruye a si misma, entonces solo queda como como salvación de la humanidad, un cambio drástico global, para detener la hecatombe en cierne. Tenemos que cambiar de rumbo.